No podía ser de otra manera. Tino Zaballa tenía que conseguir su primer triunfo en una grande con una épica escapada en solitario. A lo grande, “como me gusta hacer a mí las cosas”.
Esas eran las primeras palabras de Tino en la línea de meta. Se escapaba en el km 13 de etapa y junto a él se iban otros 19 corredores en una jornada de media montaña que se hizo bastante más dura de lo esperado.
Pero Tino Zaballa no quería ninguna compañía. Se trataba de algo personal. Y él tenía que conseguir la victoria en solitario, sin ayuda de ningún compañero de escapada. De esta manera, saltó en el km 34 para hacer sólo el resto de la etapa.
A partir de ahí, llegó el Alto de Robledondo (se subió en dos ocasiones), Abantos y San Lorenzo de El Escorial, antes de lanzarse hacia la línea de meta en una bajada poco menos que suicida.
Pero Tino quería ponerle emoción. Una abispa quiso amargarle la fiesta y le picó subiendo Robledondo. El corredor de Saunier Duval- Prodir necesitó de la ayuda médica para seguir en carrera pero ni aún así pudieron darle caza por detrás ya que su renta siempre estuvo por encima del minuto y medio.
Tuvo tiempo de abrocharse el maillot, de dedicarle la victoria a su madre, fallecida recientemente tras una larga enfermedad y de disfrutar una victoria que venía buscando desde que dio el salto a profesionales. ¡Enhorabuena Tino!
|