Tras el susto inicial por la durísima caída en la Vuelta al País Vasco, David Cañada se recupera poco a poco de las lesiones sufridas en ambas manos.
El diagnóstico inicial era poco halagüeño: fractura del dedo pulgar de la mano derecha y del escafoides en la izquierda. Tras unos días de reposo, los médicos han confirmado la primera fractura desestimando casi por completo la segunda. Lo que está claro que no ha perdido a pesar de las dolencias es el ánimo.
Parece que los pronósticos invitan al optimismo… “Pues sí. Al principio, los médicos me dijeron que podía haber dos fracturas. La del dedo se veía muy clara pero la del escafoides no la podían confirmar porque tenía la muñeca muy inflamada. Parece que todo se va a quedar en una pequeña fisura a pesar de que me sigue doliendo bastante. El lunes me iré a hacer unas placas para confirmarlo”.
¿Miraste a alguien mal en País Vasco o es posible tanta mala suerte en esa carrera? “La verdad es que fue una lástima porque tenía muy buenas sensaciones. El primer día perdí toda opción de cara a la general al sufrir un pinchazo en el momento más inoportuno y luego vino la caída…Lo siento por el equipo porque tenía muchas esperanzas puestas en la etapa con final en alto y en la crono del último día”.
¿Cómo afecta esta lesión a tus planes para la temporada? “Tampoco es que me rompa demasiado los esquemas porque tenía pensado parar en las próximas semanas. Al no haber segunda fractura no me afecta para mi próximo gran objetivo que es el Giro de Italia. Tendré que empezar a entrenarme un poco más tarde y un poco más incómodo por las manos, pero la preparación seguirá siendo la misma”